Una fase clave para eliminar las impurezas del agua a través de diversos mecanismos. La etapa de filtración ocupa el cuarto lugar en el orden de fases del proceso de potabilización en las plantas convencionales. El principal objetivo de la tarea es lograr eliminar las partÃculas restantes que contiene al agua tras la finalización de los pasos anteriores.
El plan de trabajo consiste en hacer pasar el agua por una superficie porosa para eliminar las impurezas. Por gravedad, el recurso natural atraviesa los filtros que retienen la turbiedad residual que queda de la etapa de sedimentación. Cabe recordar que en esta última lo que se busca es eliminar la mayor cantidad de partÃculas de turbidez para beneficiar la continuidad óptima de las tareas.
Por lo general, en la instancia de filtración las partÃculas son finas y livianas, por lo que quedan retenidas con facilidad en las distintas capas de arena y ripio. La aplicación efectiva de los mecanismos hace que el agua quede cristalina y sea conducida mediante tuberÃas para la ejecución de la siguiente etapa.
“Una vez sedimentada, el agua pasa a un manto filtrante de arena en sentido de flujo a la gravedad. Al retener las partÃculas, los mantos se colmatan y deben ser lavados periódicamente, al menos una vez al dÃa, durante 15 minutos. Para ello se emplea una retroalimentación del flujo de agua, es decir desde abajo hacia arribaâ€, explica Iván Buczek, jefe de producción de Sociedad Aguas del Tucumán.
Cumplir cada etapa de manera rigurosa, bajo las normas establecidas para el proceso de potabilización, es el objetivo que se plantean todos los dÃas quienes trabajan en las dos plantas potabilizadoras que tiene la empresa: Muñecas y El Cadillal.
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