La solución al problema de la provisión de agua a la ciudad de San Miguel de Tucumán llegó a fines del siglo XIX, con el advenimiento de nuevas tecnologÃas para reemplazar al precario sistema de acequias instalado en un primer perÃodo.
Tras varias gestiones que resultaron ineficaces, Lucas Córdoba, gobernador de Tucumán, se hizo cargo de la situación y en 1.898 inauguró los servicios para dotar de agua potable a la parte más poblada de la ciudad, que abarcaba un total de 90 manzanas y comprendÃa una población aproximada de 25 mil habitantes.
Dicha red de distribución abastecÃa a las estaciones ferroviarias que habÃa en la época a través de distintas ramificaciones. Esto era posible gracias a la cercanÃa con las paradas Central Córdoba y Mitre, que semanalmente manejaban un gran volumen de personas.
Si bien las obras fueron de gran envergadura, muchos vecinos no estuvieron conformes y cuestionaron el accionar del gobernador. Entre los principales motivos de las protestas estuvieron los procedimientos de oficio para instalar los servicios domiciliarios y cegamiento de pozos y aljibes.
Continuará…